Editor fsfdff hrhh!DOCTYPE html PUBLIC "-//W3C//DTD XHTML 1.0 Strict//EN" "http://www.w3.org/TR/xhtml1/DTD/xhtml1-strict.dtd"> Bielsa: El Kandidato.: Así es la política

Bielsa: El Kandidato.

¨Hay que radicalizar la democracia¨, dijo Rafael Bielsa en uno de sus discursos. No sabemos si la democracia ha avanzado mucho desde los griegos, pero por suerte ya no hay que ir a la plaza para conocer a los políticos. En este blog está toda la campaña del candidato a diputado por Frente para la Victoria, la lista que apoya el gobierno. contactanos: bielsaelkandidato@yahoo.com.ar

sábado, octubre 22, 2005

Así es la política

Por Julia Padilla

¿Qué se puede hacer un martes por la noche? Y…bueno…un martes por la noche no es como un viernes o un sábado, en los que se puede ir al cine o a comer algo por afuera y quedarse trasnochando. Las opciones de salidas posibles son menores, además los chicos al día siguiente tienen que ir a la escuela. Entonces, ir y darse una vueltita por el cierre de campaña de Bielsa no parecía ser tan mala idea, teniendo en cuenta que el acto estaba pactado para las siete y media de la tarde, lo cual no era muy tarde. Además, si se toma el tren Urquiza, desde Chacarita, en diez minutos se llega sin problema. Uno puede ir, en familia, llevarse algo para comer y tomar en el club, mientras los chicos se entretienen, no molestan y juegan en la arena o en las hamacas, sin gastar prácticamente ni un peso, y de paso, como quien no quiere la cosa, se puede escuchar que tienen para decir estos hombres.
El polideportivo de Argentino Juniors, realmente no era mala idea, y para aquellos que durante la semana extrañan el fútbol, y bueno... había canchitas para poder jugar con los amigos si el discurso no era entretenido. El lugar, el ambiente, era una gran alegoría de las tardes de cancha. Antes de llegar, a un par de cuadras, ya se sabía que se estaba cerca por el ruido de los bombos “bom bo bo bom bo bo bom”, ruido que cada vez aturdía más. La entrada al lugar era en fila y toda vallada, en la puerta un previo cacheo “por favor con banderas no” (pero como en todo partido, siempre algunas, bastantes, se filtran), lo único que faltaba, era la orden de “entrada en mano”. Una vez adentro, bastante desorganizado, “¿por dónde es?” preguntó uno, “vos seguí, me parece que al fondo”, y como los lugares no estaban numerados en la enorme carpa blanca, porque el polideportivo era más bien como la popular, todos parados, la gente se ubicaba donde podía, y las banderas a un costado, porque sino no se podía ver nada. Desde ya, que los vendedores ambulantes no podían faltar, pasaban ofreciendo coca-cola, maní, garrapiñada, “helado, heladoo”; y en vez de la foto con el Enzo Francescoli, se podía comprar la foto con el candidato Bielsa. Prácticamente lo mismo.
Todo cierre de campaña, más allá de las similitudes con un partido de fútbol, tiene un aspecto en el que se diferencia. En todo acto político “siempre está el porcentaje de personas que vienen porque quieren, están lo de los gremios, y el resto…y bueno así es la política, así es” dice José Luis, un joven rubio, que estudia en la Universidad de Belgrano, y que se encarga de la agenda de Silvia La Ruffa, candidata a legisladora. En cambio, en un partido de fútbol lo que predomina es la pasión de multitudes, mientras que en estos actos, cada vez predominan más, las pasión de minorías. Ese martes por la noche se hizo evidente entonces, que había diferentes gremios, como el Frente Transversal Nacional y Popular, que había varios hombres y mujeres mayores que asistían porque sienten y siguen al “peronismo” en sus diferentes representantes desde 1946, y varias personas, que no tenían ni el más mínimo interés en estar presentes, y muchas veces son forzadas a ir, como dicen sin querer decir, mascullando, algunas mujeres bolivianas: “me mandan los patrones”. Mujeres de piel muy morena, quemada por el sol, con la vista cansada, con ojeras que las hacen más grandes de lo que son, y con hijos correteando y gritando a los costados, a los cuales no tienen ni fuerza para hacerlos callar.
Un locutor, o mejor dicho, la voz del estadio, intentaba animar al público, porque la espera se estaba haciendo larga y ya algunos hombres sacaban sus pañuelos para secarse la frente. “¡Vamos! que no decaiga el espíritu”. Al producirse el ingreso del Presidente Kirchner y los candidatos, comenzó a entonarse el himno argentino, y un hombre le dijo al vendedor de alfajores que se callara “tené más respeto”; luego, un señor de unos cincuenta años, flaco, de jeans y camisa manga corta, saltaba y cantaba enloquecidamente, como festejando un gol, “y ya lo ve, y ya lo ve, es la gloriosa JP”. Mientras, otras personas aplaudían y otros miraban solamente, como muchos bolivianos, que se encontraban, algunos parados, otros sentados, a un costado del escenario. A ellos, la voz del estadio no los animaba, porque el himno apenas lo conocen, y el peronismo no los inmuta, porque probablemente ni sepan quien era Perón. Y entonces, estos bolivianos tantas veces discriminados por los argentinos, ahora eran llamados a ser bulto nacional.